Los bebés comienzan a caminar alrededor del año, mes arriba mes abajo. En ese tiempo, deambulan y aprenden a conocer el mundo que les rodea con mayor o menor prudencia. Hacia los 20 ó 24 meses, no obstante, las cosas empiezan a torcerse ya que, basta que vosotros, padres, le digáis “blanco” para que vuestro bebé decida hacer “negro”. No desesperéis porque se trata de algo normal. Están empezando a darse cuenta de que son personitas y el llevaros la contraria les sirve para hacer ver a todos los que les rodean que están en el mundo y que no quieren que los demás les digan todo el rato lo que tienen que hacer.
Pues te aviso que tendrás que tener algo de paciencia, porquesu duración aproximada es de un año. Será un tiempo en el que tendréis que vigilarlo muy de cerca, porque intentará coquetear todavía más con enchufes, subirse a las sillas después de habérselo prohibido o dejar de comer lo que, hasta hacía bien poco, comía sin ningún problema. Es una fase por la que pasan todos los niños y que los padres tendréis que gestionar con altas dosis de paciencia y firmeza.
¿Cómo hemos de actuar los padres?
Antes ya os he dado alguna pista. Tendréis que ser pacientes porque vuestro hijo no se comporta así por capricho, ya que es un periodo real de su desarrollo, sin embargo, eso no deberá significar que le dejéis actuar a su libre albedrío. Si le dejarais hacer todo lo que él quiere, estaréis sembrando las bases para tener un niño malcriado y sin límites que os tomará el pelo dentro de unos años.
Algunas sugerencias que pueden serviros para evitar que esto ocurra:
- UNO: actuad con firmeza en vuestras decisiones, no debéis titubear cuando le pidáis que haga algo o que no lo haga. Si os ve dudar, él será quien decida lo que hacer.
- DOS: además, cuando le pidáis algo, tendréis que estar vosotros dos de acuerdo, papis, porque si nota que hay desavenencias en vuestras decisiones, él se decantará por el progenitor que más le interese.
- TRES: tal firmeza deberá ir acompañada de una explicación y esa actitud deberéis mantenerla siempre, si queréis que él la interiorice y la repita más adelante.
- CUATRO: si cuando le pedís que no se acerque a algún lugar peligroso (como los fogones de la cocina) lo hace, no dudéis en cogerlo en volandas y apartarlo físicamente del lugar. Y hacerlo cada vez que lo intente. Esta estrategia funcionará si la aplicais de manera constante. No será necesario que vaya acompañada de un cachete ni de enfados por vuestra parte ya que el simple hecho de moverlos de sitio, será educativo y esclarecedor para ellos.
- CINCO: Avisarle un rato antes de lo que vendrá después (la comida, la siesta, etc.) os ayudará a que colabore algo más en dicha actividad.
Hacia los tres años, esta actitud desafiante desaparecerá y aflorará un niño encantador que lo que desea es agradaros, porque sentirá que así lo querréis más. Hasta que esto suceda, tened un poco de paciencia y abocad en vuestro hijo todo vuestro amor.
Espero que este artículo os haya resultado de utilidad, espero vuestros comentarios. Hasta el próximo post.
Maite Cobo
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