miércoles, 2 de abril de 2014

Fobia escolar, 8 sugerencias para ayudaros a superarla

¿Qué es la fobia escolar y cómo se expresa?


La fobia escolar es el miedo exagerado que muestra un niño ante una persona, situación o relaciones propias únicamente del centro escolar, es decir, que los miedos no se amplían a otras situaciones más allá de las escolares. Tales miedos se producen justo antes de ir al colegio o incluso el día de antes por la tarde-noche. Puede presentar una amplia variedad de síntomas como dolores psicosomáticos (dolores de cabeza, de tripa, malestar general, etc.) e incluso vómitos y mareos. Su miedo por ir al colegio es tan importante que puede ponerse a gritar, a sudar e incluso a presentar un aumento de su ritmo cardíaco. Son niños que no hacen esto para hacer novillos ya que se quedan en casa y evitan salir. Tampoco muestran características disociales como mentiras, hurtos o conductas destructivas. Además, cuando los padres llevan al niño al pediatra, éste no tiene nada, o sea que muestra no tener ningún problema objetivo que dé respuesta a los malestares que expresa.

¿Qué podéis hacer los padres?


UNO: dar poca importancia a las conductas de queja del niño (“me duele la tripa”, “estoy mareado”,  “tengo ganas de vomitar”, etc.).
DOS: mostrar firmeza ante la exigencia de que vuestro hijo asista a la escuela/instituto. Si os mostráis firmes y seguros, los síntomas físicos que haya expresado (dolores de tripa, mareos, etc.), desaparecerán poco a poco. 
TRES: no le preguntéis por las mañanas cómo se siente, ese podría ser un perfecto detonante para explicar y mostrar a todos lo mal que se encuentra para ir a la escuela.
CUATRO: cuando veáis que se altera mucho al dejarlo en la puerta del colegio, informadle de forma calmada que ahora se ha de quedar allí pero que después o papá o mamá vendrán a recogerlo y volveréis a estar juntos. A continuación, tendréis que marcharos rápidamente de allí.
CINCO: en los casos en los que los síntomas sean más importantes (diarreas, fiebre superior a 37,8ºC, etc.), deberéis llevarlo a su pediatra a continuación a fin de controlar los síntomas y que al día siguiente o pocos días después pueda volver a clase.
SEIS: facilitar y favorecer al máximo la comunicación con el niño en un ambiente relajado (ej. preguntarle cuando estéis sentados en el sofá si está sucediendo algo en el colegio que le tenga preocupado, averiguar si algún niño se está burlando de él, si algún maestro o profesor le ha puesto en ridículo delante de sus compañeros, etc.).
SIETE: practicar con él técnicas de relajación dos veces al día: por la mañana, antes de salir para el colegio y por la noche, antes de dormirse (pulsa aquí).
OCHO: hacer que vuestro hijo interaccione más con otros niños y, en especial, con aquellos que vayan al mismo colegio, siempre y cuando el problema de su fobia no esté asociada a problemas relacionados con otros niños. Apuntarlo a extraescolares donde tenga que relacionarse con otros podrá ser para vosotros una herramienta útil.

Como podéis ver, la mejor terapia para superar la fobia escolar es enfrentarse a ella con prontitud porque los temores se superan enfrentándolos cuanto antes. Sin embargo, entiendo que no siempre es sencillo y en ocasiones habrá que pedir ayuda.


¿Cuándo tendréis que pedir ayuda profesional? 


Sin duda, el problema pasará a ser de leve a moderado o grave en los siguientes casos: 
  • Cuando el niño haya protagonizado conductas perjudiciales para él mismo o para otras personas. 
  • Cuando notéis que el comportamiento de vuestro hijo no es el habitual (más retraído, triste, con más miedos asociados a otros asuntos, etc.).
  • Cuando el problema esté durando más de 6 meses.
  • Cuando esté alterando la armonía familiar y os esté generando sufrimiento y pérdida de calidad de vida a los que vivís con él y/o a él mismo.

En ese caso lo más apropiado es que visitéis a un psicólogo infantil y juvenil conocedor de este tipo de casos para que os asesore e intervenga a fin de estabilizar la situación. Os recomiendo, también, que deis este paso antes incluso de dar medicación a vuestro hijo. Los fármacos han de ser la última opción a escoger para este tipo de problema. Espero que la lectura de este post os haya resultado útil, ante cualquier duda no dudéis en escribirme. Nos vemos en el próximo post.



Maite Cobo
Psicóloga Infantojuvenil y Orientadora Educativa
www.maitecobo.es 



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