miércoles, 16 de abril de 2014

Paula y su proceso de quitarle en pañal

rowdyHarv, internet hit and miss by Flickr
Paula es una pequeñina preciosa y pelona con cuatro pelos que nació en febrero, ahora tiene 26 meses y su madre ya está dándole vueltas al tema de que tendrá que quitarle el pañal este próximo verano y se está agobiando un poco. Hace ya tiempo que Paula avisa a sus padres cada vez que se hace caca ya que le molesta tener el pañal sucio, se acerca a su mami la mayor parte de las veces, se pone una mano en el culete y le dice bajito: “ma-ma ca-ca”. Al principio no avisaba siempre pero como su madre y su padre le felicitaban y la llenaban de besos cada vez que lo hacía, Paula ha convertido el aviso ya en una rutina, lo cual les va genial a sus padres para cambiarla lo antes posible. Ese es un buen síntoma que nos informa de que Paula puede estar preparada para dejar el pañal y comenzar esta nueva aventura que la aleja un poco más de su etapa de bebé y la acerca a la de niña pequeña. Claudia, su madre, me cuenta también que a nivel físico, la pequeña es capaz de mantenerse seca durante la siesta y por periodos de 3 ó 4 horas y que hace pipí y caca de forma regular. 

A nivel de comportamiento, Paula es capaz de sentarse y mantenerse en la misma posición entre 2 y 5 min., sabe para qué se usa el WC y también es capaz de subirse y bajarse los pantalones por ella misma con mayor o menor soltura. Claudia me dice que a la peque le gusta ser independiente, mostrarse orgullosa de sus logros y que ya hace algunas semanas que no dice a todo que “no”, lo cual es de agradecer para sus papás porque estaban un poco hartos ya de tanto “no” a todas horas y por todo. También a nivel cognitivo y mental, Paula está demostrando estar preparada para este reto ya que su madre me cuenta que es capaz de obedecer instrucciones sencillas como “cariño, trae tu biberón”, “come la carne tú solita”, etc. y que incluso tiene sus propias palabras para nombrar el pipí y la caca.

Cuando Claudia me contó todo esto de la pequeña, le comenté que la veía preparada a nivel madurativo en todos los aspectos (fisiológico, cognitivo y emocional) y le cité qué pasos tendrán que dar para conseguir con éxito quitarle el pañal a la pequeña Paula. 

¿Cuáles son los pasos que tendrán que dar los papás de Paula para quitarle el pañal?


ToddMorris by Flickr
Lo primero que tenéis que tener claro, le dije a Claudia, es que la niña podrá tardar días, meses o incluso años en algunos casos en controlar esfínteres (esa es la palabra técnica que se utiliza para hablar del pipí y la caca), porque cada niño es distinto y todos siguen un ritmo diferente. 

UNO: Cómprale un orinal portátil que también pueda acoplarse al inodoro de tu baño a fin de evitar que pueda caerse en él y un banquito, para que pueda apoyar los pies y subir y bajar del inodoro con facilidad.

DOS: Crea una rutina para ella antes de quitarle el pañal. Haz que se sienta vestida en el orinal una vez al día, en un horario fijo, después de desayunar o cuando normalmente sepas que la niña hace pipí o caca. Si no quisiera, no te preocupes, no le fuerces ni la obligues a que permanezca sentada, ya lo hará poco a poco. Si la notaras poco colaboradora, guarda el orinal durante algunas semanas y luego vuelve a intentarlo.

TRES: Una vez hayas visto que se sienta y se mantiene durante algunos minutos y que lo ha hecho durante varios días, ya puedes intentarlo sin pañal. Tendrás que explicarle que así lo hacen papá y mamá y que ella también tendrá que hacerlo todos los días. Si consigue hacer algo en el orinal felicítala, pero no insistas demasiado en ello. Ten en cuenta que lo importante es que se vaya interesando poco a poco en ir al baño solita.

CUATRO: Enséñale cómo se hace ya que los niños son expertos en aprender por imitación. En el caso de los varones, será mejor que empiecen haciéndolo sentados y más adelante que aprendan a hacer pipí de pie, a no ser que él no quiera, en ese caso no insistas. Muéstrale cómo, una vez has terminado, te limpias, tiras de la cadena, te vistes y te lavas las manos.

CINCO: No siempre hará falta pero, si ves que puede serte útil, enséñale la conexión que hay entre la caca y el WC. Cuando haga caca en su pañal, llévate a Paula a su orinal, siéntala y luego vacía el pañal en el orinal por debajo de ella, así aprenderá a asociar el acto de sentarse en el orinal con el de hacer sus necesidades. A continuación vacía el contenido del orinal en el WC y deja que ella (si quiere) tire de la cadena para que vea cómo desaparece su caca. A continuación haz que se vista y se lave las manos.

SEIS: Motiva a Paula a que use el orinal siempre que tenga ganas de hacerlo. Dejadla que de vez en cuando se pasee por la casa sin pañal y mantened el orinal a mano para cuando lo necesite. Cuanto más tiempo la dejéis sin pañal, más rápido aprenderá, aunque ciertos “escapes” serán inevitables.

thejbird by Flickr
SIETE: Si vieras que se aburre en el baño o que lo que no quiere es estar solita allí, déjale un cuento para que se entretenga o quédate con ella haciéndole compañía.

OCHO: Pregúntale a menudo si tiene ganas de hacer pipí o caca y explícale que si es así, te lo diga y la lleváis al WC o al orinal. Felicítala cada vez que así lo haga, eso la estimulará a seguir haciéndolo correctamente.

NUEVE: Respecto a la ropa interior que tendrá que utilizar al principio de las pruebas, sería conveniente que ésta tuviera una protección extra absorbente o que fueran pañales desechables de los que los niños pueden ponerse o quitarse ellos solos, combinados con pañales normales para las noches. 

DIEZ: El control de esfínteres nocturno deberá iniciarse después:
  • ¿Cuándo? Cuando la niña lleve tiempo manteniéndose limpia y seca durante todo el día. Su control no será automático sino que podrá necesitar muchas semanas e incluso meses hasta que llegue a un control total. Claudia, le digo, de hecho te aconsejo que no tires los pañales durante una buena temporada porque no es raro que en algún momento los tengas que volver a necesitar de forma puntual
  • ¿Cómo lo hago? Me pregunta. Cubre su colchón con un protector impermeable, no le dejes beber demasiada agua antes de acostarse y acuéstala sin pañal. Si pasara toda la noche seca, condúcela hasta el orinal nada más levantarla.
ONCE: Si vieras que el proceso genera muchos accidentes, posponlo hasta que el organismo de Paula esté más preparado. Piensa que los “accidentes” se producen incluso en niños en edad de Primaria.

Para esta labor será importante tener paciencia, tiempo y buen humor, eso significa que si mamá no se encuentra demasiado bien, tal vez sería buena idea posponer este reto a un momento en el que los papis sientan que tienen energía para ello ya que habrá que lavar un poquito más debido a los “accidentes” que inevitablemente se producirán. Tampoco será interesante llevarlo a cabo si van a haber cambios inminentes en el hogar familiar como ir a una nueva escuela o la llegada de un hermanito, ni tampoco si estáis fuera de casa por vacaciones o por motivos de trabajo. El ambiente habrá de estar lo más estable posible. No obstante, esto es un proceso y, como tal, no saldrá bien a la primera. Por ello, aconsejé a Claudia que se tomara los “accidentes” de Paula con humor y mucho amor, sin enfadarse con ella ni castigarla y mucho menos ridiculizarla.

Bueno, pues tal y como le dije a mi amiga, espero que mis sugerencias te sean útiles a fin de que tu hijo o hija lleve a cabo este pequeño gran reto con éxito. ¿Me escribirás para decirme qué tal te ha ido? Me encantaría saberlo. Nos vemos en el próximo post.



Maite Cobo
Psicóloga Infantojuvenil y Orientadora Educativa
www.maitecobo.es




miércoles, 2 de abril de 2014

Fobia escolar, 8 sugerencias para ayudaros a superarla

¿Qué es la fobia escolar y cómo se expresa?


La fobia escolar es el miedo exagerado que muestra un niño ante una persona, situación o relaciones propias únicamente del centro escolar, es decir, que los miedos no se amplían a otras situaciones más allá de las escolares. Tales miedos se producen justo antes de ir al colegio o incluso el día de antes por la tarde-noche. Puede presentar una amplia variedad de síntomas como dolores psicosomáticos (dolores de cabeza, de tripa, malestar general, etc.) e incluso vómitos y mareos. Su miedo por ir al colegio es tan importante que puede ponerse a gritar, a sudar e incluso a presentar un aumento de su ritmo cardíaco. Son niños que no hacen esto para hacer novillos ya que se quedan en casa y evitan salir. Tampoco muestran características disociales como mentiras, hurtos o conductas destructivas. Además, cuando los padres llevan al niño al pediatra, éste no tiene nada, o sea que muestra no tener ningún problema objetivo que dé respuesta a los malestares que expresa.

¿Qué podéis hacer los padres?


UNO: dar poca importancia a las conductas de queja del niño (“me duele la tripa”, “estoy mareado”,  “tengo ganas de vomitar”, etc.).
DOS: mostrar firmeza ante la exigencia de que vuestro hijo asista a la escuela/instituto. Si os mostráis firmes y seguros, los síntomas físicos que haya expresado (dolores de tripa, mareos, etc.), desaparecerán poco a poco. 
TRES: no le preguntéis por las mañanas cómo se siente, ese podría ser un perfecto detonante para explicar y mostrar a todos lo mal que se encuentra para ir a la escuela.
CUATRO: cuando veáis que se altera mucho al dejarlo en la puerta del colegio, informadle de forma calmada que ahora se ha de quedar allí pero que después o papá o mamá vendrán a recogerlo y volveréis a estar juntos. A continuación, tendréis que marcharos rápidamente de allí.
CINCO: en los casos en los que los síntomas sean más importantes (diarreas, fiebre superior a 37,8ºC, etc.), deberéis llevarlo a su pediatra a continuación a fin de controlar los síntomas y que al día siguiente o pocos días después pueda volver a clase.
SEIS: facilitar y favorecer al máximo la comunicación con el niño en un ambiente relajado (ej. preguntarle cuando estéis sentados en el sofá si está sucediendo algo en el colegio que le tenga preocupado, averiguar si algún niño se está burlando de él, si algún maestro o profesor le ha puesto en ridículo delante de sus compañeros, etc.).
SIETE: practicar con él técnicas de relajación dos veces al día: por la mañana, antes de salir para el colegio y por la noche, antes de dormirse (pulsa aquí).
OCHO: hacer que vuestro hijo interaccione más con otros niños y, en especial, con aquellos que vayan al mismo colegio, siempre y cuando el problema de su fobia no esté asociada a problemas relacionados con otros niños. Apuntarlo a extraescolares donde tenga que relacionarse con otros podrá ser para vosotros una herramienta útil.

Como podéis ver, la mejor terapia para superar la fobia escolar es enfrentarse a ella con prontitud porque los temores se superan enfrentándolos cuanto antes. Sin embargo, entiendo que no siempre es sencillo y en ocasiones habrá que pedir ayuda.


¿Cuándo tendréis que pedir ayuda profesional? 


Sin duda, el problema pasará a ser de leve a moderado o grave en los siguientes casos: 
  • Cuando el niño haya protagonizado conductas perjudiciales para él mismo o para otras personas. 
  • Cuando notéis que el comportamiento de vuestro hijo no es el habitual (más retraído, triste, con más miedos asociados a otros asuntos, etc.).
  • Cuando el problema esté durando más de 6 meses.
  • Cuando esté alterando la armonía familiar y os esté generando sufrimiento y pérdida de calidad de vida a los que vivís con él y/o a él mismo.

En ese caso lo más apropiado es que visitéis a un psicólogo infantil y juvenil conocedor de este tipo de casos para que os asesore e intervenga a fin de estabilizar la situación. Os recomiendo, también, que deis este paso antes incluso de dar medicación a vuestro hijo. Los fármacos han de ser la última opción a escoger para este tipo de problema. Espero que la lectura de este post os haya resultado útil, ante cualquier duda no dudéis en escribirme. Nos vemos en el próximo post.



Maite Cobo
Psicóloga Infantojuvenil y Orientadora Educativa
www.maitecobo.es